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haluros

"Realidad es solamente aquello que es observado" (Luhmann)

* Todo el material expuesto en esta oportunidad fue fusionado bajo la influencia sonica de las siguentes bandas:

1. The VON Bondies.
2. Ingrid Lucia & The Flying Neutrinos.
3. The Troggs.

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Observar es, como repetimos siempre, generar una diferencia con la ayuda de una distinción, que no deja fuera con ello nada distinguible. En el medio verdad el sistema comunicativo sociedad constituye el mundo como una totalidad, que incluye todo lo que es observable y hasta el observador mismo. Con ese objetivo se establece en el mundo un sistema observador que se observa a sí mismo, que tiene disponibilidad sobre el valor reflexivo de la falsedad (y tiene disponibilidad también sobre lo observable, lo empírico y lo fáctico, evidentemente) y de ese modo puede marcar algo cuyo correlato no puede ser atribuido al mundo. El refinamiento de esta distinción verdadero/falso consiste precisamente en que es utilizable operativamente, por tanto que funciona empíricamente (lingüísticamente) en el mundo, pero que al mismo tiempo, en cuanto distinción, no se proyecta sobre el mundo. La distinción no presupone ningún mundo correlativo para la falsedad. El mundo excluye e incluye la falsedad, y esto es también válido en el uso de los códigos sobre sí mismos, en la investigación de la verdad y también en la observación de la propia paradoja.

Pues el observar no es otra cosa que un señalar diferenciante.

"no se puede ver, que no se ve lo que no se ve". "Draw a distinction" de Heinz von Foester. Observar se convierte entonces en la elaboración de una distinción, una operación con una estructura bastante compleja. Una distinción tiene siempre dos partes, consiste propiamente en una frontera que hace posible diferenciar ambas partes y pasar de una a otra. El sentido que tiene la separación de ambas partes y su marcaje por la forma de la distinción, es obligar al observador a salir de una parte de lo distinguido (y no de la otra). Se tiene que indicar lo que será observado; hay que "dar una referencia". Con ello damos también una indicación que se mantiene oculta, que hay otra parte de la cual, al menos provisionalmente, no hablamos. (la distinción es el "punto ciego", que en cada observación se presupone como la condición de su posibilidad: el observador es lo no-observable).

De ahí la necesidad de una "observación de segundo orden" para poder establecer un procedimiento científico de construcción de la realidad social. Se produce una observación de segundo orden cuando se observa a un observador en cuanto observador. "En cuanto observador" significa: con respecto al modo y manera como observa; es decir, en relación a la distinción que utiliza para marcar un lado y no otro.

"Aquello, que se construirá como realidad, está últimamente garantizado sólo a través de la observabilidad de observaciones"

"We take as given the idea of distinction and the idea od indication, and that we cannot make an indication without drawing a distinction"
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Realidad es, ante todo, según venimos diciendo una y otra vez, una formalidad de alteridad de lo aprehendido sentientemente. Y este momento consiste en que lo aprehendido queda en la aprehensión como algo "en propio", algo "de suyo". Reidad o realidad es formalidad del "de suyo.

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La paradoja de Olbers se suele expresar con la pregunta, aparentemente ingénua: ¿por qué es oscuro el cielo en la noche?. Este hecho es sólo un problema genuino en un universo que es eterno, infinitamente grande y no cambia con el tiempo, puesto que en un universo así uno encuentra la superficie de una estrella en cualquier dirección que mire, al igual que en un bosque suficientemente grande uno siempre encuentra un tronco de árbol en la línea de visión en cualquier dirección que se le ocurra mirar.
El argumento se puede concretar matemáticamente de la siguiente manera: supongamos un universo del tipo mencionado con una densidad de estrellas constante. En una superficie esférica centrada en el observador a una distancia 2r uno puede encontrar exactamente 4 veces más estrellas que en una situada a una distancia r (ley del inverso del cuadrado de la distancia). Pero a su vez el flujo de luz recibido de una estrella a distancia 2r es exactamente 4 veces menor, por lo que la cantidad de luz recibida de las esferas situada a distancias r y 2r es exactamente la misma. Si sumamos por tanto las contribuciones de todas las esferas situadas a cualquier distancia del observador obtenemos una cantidad ¡infinita! de luz recibida, lo que es obviamente un absurdo. Lo más que podría uno hacer para salvar un poco la situación es eliminar la luz interceptada por los discos estelares que se encuentran más cerca del observador. Pero aún así obtendríamos que el cielo debería ser al menos tan brillante como la superficie solar.
Puesto que éste era el tipo de universo que se aceptaba de forma general antes de los años veinte de este siglo, el verdadero misterio está en por qué nadie había deducido que el universo no podía ser infinitamente viejo de este simple hecho.
El término "paradoja de Olbers" fue hecho popular por el cosmólogo Hermann Bondi en los años cincuenta, en honor del astrónomo germano Heinrich Olbers (1758-1840) que publicó un artículo en 1823 planteando el problema. Pero la idea se remonta a pensadores anteriores. En 1576, el inglés Thomas Digges introdujo el concepto de infinito en la visión moderna del universo - recordemos que el universo Aristotélico-Ptolemaico era finito y todas las estrellas estaban situadas en una misma esfera- aunque se dio perfecta cuenta de la necesidad de explicar la oscuridad del cielo, explicación que él achacó erróneamente a la disminución de la cantidad de luz recibida desde las estrellas más alejadas.
En 1610 la paradoja fue estudiada por Kepler, quien parece ser el primero en darse cuenta que existe un verdadero conflicto entre la oscuridad del cielo y la infinidad del universo. Para Kepler la oscuridad que hay entre las estrellas es la evidencia de la existencia de un borde del universo. Un siglo más tarde, Edmund Halley también investigó el asunto y retomó la explicación errónea de Digges.
Pero la primera persona en formular la paradoja en los términos de Olbers fue el astrónomo suizo Jean-Phillippe Loÿs de Chésaux (1718-51) quien introdujo la hipótesis de que la luz de las estrellas lejanas se debilitaba debido a que era "absorbida" por el espacio vacío. El propio Olbers consideró la posibilidad de absorción de la luz por algún tipo de materia situada entre las estrellas. Pero Olbers no se percató de que este material se calentaría y terminaría radiando tanta energía como recibiría.
Halley leyó dos artículos referentes a la paradoja ante la Royal Society en 1721. Newton estaba presente, pero siquiera Newton fue capaz de apreciar la posibilidad de una explicación apelando a la "edad del universo". La iglesia tenía puesta fecha a la creación (4004 a.C.). Eso podría implicar que el universo tenía que ser menor que unos 6000 años-luz (4004+1721) que es por mucho lo suficientemente pequeño para eliminar la paradoja. El hecho de que Newton, Halley y sus contemporáneos no señalaran esta posibilidad apunta a la poca fe que tenían en la fecha oficial de la creación.
En febrero de 1848, Edgard Allan Poe (1809-49), que además de su conocía faceta como escritor era un científico amateur, publicó un ensayo titulado Eureka, en el cual daba la siguiente explicación a los "vacíos" oscuros observados entre las estrellas: "Podríamos comprender los vacíos que nuestros telescopios encuentran en innumerables direcciones suponiendo que la distancia hasta el fondo invisible es tan inmensa que ningún rayo de luz procedente de allí ha sido todavía capaz de alcanzarnos".
Nadie se percató de estas especulaciones de un científico amateur y Poe murió antes de que se divulgara este argumento. Tampoco hubo nadie que se percatara del interés del asunto cuando en 1907, el científico irlandés Fournier d'Albe escribiera en un artículo: "Si el mundo fue creado 100,000 años atrás, entonces la luz de los cuerpos que estuvieran situados a más de 100,000 años luz no podría habernos alcanzado en el tiempo presente". El mismo d'Albe había cogido la idea de Lord Kelvin, que había publicado la idea en un volumen de conferencias en 1904 y que fue ignorado hasta que Eduard Harrison, de la universidad de Massachussetts, lo rescatara en los ochenta, y publicara el hecho en su libro Darkness at Night (1987). Es curioso señalar como desde Newton hasta Hubble, pasando por los innumerables hombres de ciencia que conocían la paradoja de Olbers, nadie se percatara de que el simple hecho de que el cielo fuera tan oscuro indicaba que el Universo no era infinitamente viejo. Aún hoy en día, dentro de la imagen que nos ofrece el modelo del Big Bang, aunque la paradoja de Olbers ya no sea ninguna paradoja, el hecho de contemplar un cielo nocturno es una de las grandes evidencias a favor de que hubo un Big Bang.

Eu amo te

Decir te amo es una de esas cosas universales... de las pocas que van quedando y que me van quedando.

"Donde habita la palabra,
solo el ser habla,
el lenguaje ya no habla,
es..."
(blanchot)

Afrikaans Ek is lief vir jou

Albanian Te dua
Te dashuroj
Ti je zemra ime
American Indian (North American Native)
Apache Sheth she~n zho~n (nazalized vowel sounds)
Cheyenne Ne mohotatse
Chickasaw Chiholloli (first 'i' nasalized)
Hopi Nu' umi unangw'ta
Mohawk Konoronhkwa
Navaho Ayor anosh'ni
Sioux Techihhila

Arabic Ana behibak (female to male)
Ana Behibek (male to female)
Ana ahebik
Ib'n hebbak
Ana ba-heb-bak
Nhebuk (spoken to someone important)

Armenian Yes kez guh seerem (Western dialect)
Yes kez si'rumem (Eastern dialect)

Basque Nere maitea

Bengali Aami tomaake bhaalo baashi

Bolivian Quechua Qanta munani

Bosnian Volim te

Brazilian (Portuguese) Eu te amo (pronounced "eiu chee amu")

Bulgarian Obicham te
As te obeicham
As te obicham
Burmese Chit pa te

Cambodian Kh_nhaum soro_lahn nhee_ah

Canadian (French) Sh'teme (spoken)
Je t'aime (I like you)
Je t'adore (I love you)

Chinese Ngo oi ney (Cantonese)
Wo oi ney (Cantonese)
Wo ai ni (Mandarin)
Wo ie ni (Mandarin)
Wuo ai nee (Mandarin)
Wo ay ni (Mandarin)

Croation (familiar) Volim te (used in common speech)
Czech Miluji te
Danish Jeg elsker dig

Dutch Ik hou van je
Ik hou van jou

Equador Quechua Canda munani

English I love you
I adore you
I love thee (poetic)

Estonian Mina armastan sind
Ma armastan sind

Ethiopian ewedishalew (Male to Female)
ewedihalew (Female to Male)

Finnish ("Ma") rakastan sinua
("Ma") tykka"a"n susta (I like you)
French Je t'aime (I love you)
Je t'adore (I love you - stronger between lovers)
J' t'aime bien (I like you - meant for friends, family members - not for lovers)

Gaelic (Language of Ireland) Ta gra agam ort
Moo graugh hoo

German Ich liebe dich (classic & conservative)
Ich hab dich lieb

Swiss (German) Ch'ha di ga"rn

Greek S'ayapo (spoken s'agapo)

Hawaiian Aloha wau ia oi
Aloha wau ia oi nui loa (I love you very much)

Hebrew Ani ohevet otcha (female to male)
Ani ohev otach (male to female)

Hindi (language of northern states of India) Mai tumase pyar karata hun (male to female)
Mai tumase pyar karati hun (female to male)

Italian Ti amo (relationship - lover or spouse)
Ti voglio bene (between friends)
Ti voglio (strong sexual meaning of desire)

Irish (see also Gaelic) Taim i' ngra leat

Japanese Kimi o ai shiteru
Aishiteru
Chuu shiteyo
Ore wa omae ga suki da
Watashi wa anata ga suki desu
Suki desu (used at the beginning of a relationship - no intimacy yet)

Korean Dangsinul saranghee yo
Saranghee
Joahaeyo
Norul sarang hae

Latin Te amo

Luganda (language of Uganda)
Tave myliu (pronounced "ta-ve mee-lyu")
Nkwagala Nyo

Malay (Indonesian) Saya cintakan kamu
Saya cinta pada mu (best and most commonly used)

Pakistani Mujhe tumse muhabbat hai
Muje se mu habbat hai

Polish Kocham cie
Kocham ciebie
Ja cie kocham

Russian Ya tyebya lyublyu

Samoan Ou te alofa outou

Serbian (familiar) Volim te

Spanish Te amo
Te quiero
Te adoro (I adore you)
Te deseo (I desire you)

Swedish Jag a"lskar dig

Tahitian Ua here au ia oe
Ua here vau ia oe
Thai (language of Thailand) Chan raak ther

Turkish Seni seviyorum

Ukranian Ya tebe kokhayu
Ja pokokhav tebe

Urdu (spoken in Pakistan and India) Main tumse muhabbat karta hoon
Mujhe tumse mohabbat hai
Kam prem kartahai

Vietnamese Anh ye^u em (male to female)
Em ye^u anh (female to male)

Welsh (language spoken in Wales, UK) Rwy'n dy garu di
Yiddish Ikh hob dikh lib
Ich libe dich
Ich han dich lib

Yugoslavian Ja te volim

Zulu Mena tanda wena
Ngiyakuthanda

YA PONGANSE TODOS ACÁ YA (HOY REDOLES, MAÑANA PAN Y AGUA)

CHAOS

es penoso cuando una persona se baja del bus

y mira a la que quedó arriba para hacerle chao

y la que quedó arriba mira para otro lado.

--*

es penoso cuando una persona se baja del bus

y no mira a la que quedó arriba haciéndole chao

y camina mirando como en distracción.

--

es rico cuando una persona se baja del bus

y mira de reojo a la que quedó arriba

para hacerle chao

y la de arriba mira para abajo de reojo

a la que va por la vereda distraída de reojo

y ambas se descubren y se hacen chao.

--

es fome cuando una persona se baja del bus

y hace chao chao a la de arriba que

hace chao chao.

--

son posibles otras variaciones?

(tarea para la casa).

* las dos rayas significan que termino la primera estrofa.

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Becker 69

Por una mirada, un mundo
Por una caricia, un cielo
Por un polvito
¡ah! Yo no sé qué daría por un polvito.


NO IMPORTA

hay viejos culiaos que no creen en nuestro amor...
hay viejos culiaos que no creen en nuestro amor
no importa oh...!

hay viejos culiaos que no creen en la liberación de la mujer
no importa oh...!

hay viejos culiaos que no creen en la rebelión punk
no importa oh...!

hay viejos culiaos que no creen que en un poema se pueda decir:
viejo culiao
no importa oh...!

No importa, si yo la quiero y usté me quiere
No importa, escuchemos... la mitad de la humanidad que sangra una vez al mes por toda la humanidad
No importa, avivemos la cueca punk
No importa oh!!! escribamos poemas llenos de groserías,
y metámonos el espíritu al bolsillo perro,
No importa oh!!!

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Esta no es mi voz.
Esto que oyes aquí no son más que
leves impulsos eléctricos.
Como ayer la voz de Julio,
el mismo conejito raptado a la inocencia.
Esto que oyes aquí no es mi voz.
Ahora yo soy un invisible
que te susurra al oído
la noticia que en mi ahora
tu est¡s imposible.
Otra vez juego de la imaginación
nos dir¡ el señor sensato
que nunca falta entre los locos.
Como si en el fondo supiéramos
lo que es un juego,
y sobre todo,
lo que es la imaginación.
Esta no es mi voz.
Esto que oyes aquí no son más que
leves impulsos eléctricos.
Como ayer la voz de Julio,
el mismo cronopio del pueblo amarillo,
y ayer nevando.

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No Tengo
(Mauricio Redolés)

No tengo
pero si tuviera
para no convidarles
les diría que no tengo
Pero en realidad no tengo.

Si tuviera
les diría que no tengo
porque si les digo que tengo,
pero que no quiero convidarles
ustedes van a pensar
y con justificada razón ética o moral
que yo soy egoísta.

Pero como yo no quiero parecer egoísta
porque no creo serlo
a pesar de no querer convidarles
entonces les diría que no tengo.
Pero en realidad ¡no tengo!

Transmite: La Oficina Nacional de propaganda Gubernamental.
Al toque de gong, sírvase contestar.

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True Egoistic Love
(Mauricio Redolés)

True egoistic love.
Piensa que cuando me echas de menos,
en realidad no me echas de menos,
sino que te echas de menos
a ti misma
conmigo haciéndote compañía.

Porque cuando yo te echo de menos,
en realidad me echo de menos a mí mismo,
a tu lado.

True love. Egoistic love.
Por eso envejecemos.

Waltz#1 (Elliot Smith)

Every time the day darkens down and goes away pictures open in my head
of me and you silent and cliché all the things we did and didn't say
covered by what we did and didn't do going through every out I used to
cope to make the repetition stop:
what was I supposed to say?
now I never leave my zone we're both alone I'm going home
I wish I'd never seen your face

Esta es una de las conciones que mejor representa cuando todo esta mal, mal mal o cuando por lo menos yo lo siento asi.

Escrito con CRAVING.

¿Cuáles son las características distintivas de la política holandesa sobre las drogas?

En la política y legislación holandesas se hace una distinción entre drogas duras y drogas blandas. Esta distinción está basada en los riesgos que estas drogas conllevan para la salud del consumidor. Por ello, la tenencia de drogas blandas (hasta 30 gramos)no se considera delito grave sino infracción.
Bajo condiciones muy estrictas, no está penalizada la venta de drogas blandas en los coffeeshops. El objetivo de esta política es evitar que los adictos a las drogas blandas queden marginados o que entren en contacto con otras drogas más peligrosas. La idea es que un consumidor de marihuana que compra el producto a un traficante ilegal, tiene más posibilidades de entrar en contacto con las drogas duras. Al separar el comercio de drogas duras y de drogas blandas, puede protegerse a los consumidores de drogas blandas de otras formas de consumo de drogas mucho más dañinas desde el punto de vista sanitario. La otra cara de la moneda es la persecución estricta de la posesión y la venta de drogas duras.
El objetivo principal de la política holandesa con respecto a las drogas es reducir la demanda de drogas, disminuir la oferta de drogas y minimizar los riesgos del consumo de drogas para el individuo, su entorno directo y la sociedad. Visto desde este punto de vista, las drogas blandas requieren un planteamiento distinto al de las drogas duras. En muchos otros países no se hace formalmente una distinción entre drogas duras y blandas, pero en la práctica sí se aplica tal diferencia... que tal aca en Shile....?

¿Están legalizadas las drogas en Holanda?

No. Las actividades siguientes, tanto por lo que respecta a las drogas blandas como a las duras, son punibles en Holanda;

tráfico (importación/exportación)
venta
producción
tenencia
El consumo de drogas no es punible.

¿Cuál es la diferencia entre drogas duras y drogas blandas?



En Holanda se hace una distinción entre el tipo de drogas teniendo en cuenta el riesgo que supone para la salud el consumo de drogas:

*las drogas duras son sustancias que conllevan un riesgo inaceptable para la salud, p. ej. , heroína, cocaína y drogas sintéticas como las pastillas de éxtasis;

*las drogas blandas son sustancias que causan muchos menos problemas para la salud; son cannabinoides (productos derivados de la planta del cáñamo), marihuana y hachís.

¿Por qué no es punible el consumo de drogas?

La política holandesa está orientada a la prevención y reducción de los riesgos individuales y generales del consumo de drogas. En este marco, se ofrece ayuda a los adictos a las drogas duras en la desintoxicación y en la mejora de su situación física, psíquica y social. Dado que los toxicómanos no tienen por qué temer una persecución criminal ni antecedentes penales exclusivamente por el consumo de drogas (quedando así estigmatizados), les resulta más fácil hacer uso de esta ayuda.

"...el sabio o virtuoso, es aquel que sabe lo que es bueno y lo realiza. No hay intencionalidad ni juicio moral de tipo práctico..."

OJO: "Lo importante en la vida, lo verdadero de la misma no es el argumento, las cosas, ni sus personajes sino las relaciónes entre ellos, a mayor complejidad mayor belleza"

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Hay estudios hermosos sobre los bebés recién nacidos. Contrariamente a lo que la gente piensa, los niños recién nacidos no son unos zombis que sólo están ahí medios dormidos, sólo pensando en beber y comer. La verdad es que lo primero que hace el bebé es una cosa muy interesante: fija los ojos, mira a los ojos; lo otro que hace es empezar a imitar las modulaciones de la voz de la mamá o de la persona que lo cuida, porque en definitiva ese niño lo primero que va a hacer es tener un sentimiento. Eso lo saben bien los psicoanalistas cuando hablan de empatía. La capacidad de ponerse en el lugar de otro es constitutiva del ser humano, está en la base misma de lo que somos; está en la base de mover los brazos y las manos. Es decir, para un niño -y esto es científicamente exacto- mover los brazos y ver mover los brazos es la misma cosa; mira qué increíble: yo no puedo tener una sensación de mi cuerpo a menos que tenga al frente otro cuerpo que se mueve; no hay posibilidad de tener cuerpo propio a menos que yo tenga una percepción del cuerpo del otro, que está interiorizada a través de esta capacidad empática y a su vez, por cierto, a través de la exteriorización de mi cuerpo, que es lo fundamental en la empatía con el otro".

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Me voy a probar suerte, me dijo, y ...

Prometió que lanzaría una botella al mar con las últimas nuevas de su exilio. Eso fue hace dos años ya. Claro, no es una mujer de altamar, y los recuerdos se le escapan como plumas en un gallinero revuelto sin memoria. Aún así, alguna noche la alcanza solitaria desde ese puente que en escasas ocasiones atraviesa el atlántico con alguna letra mal parada. Sabe del silencio en mis respuestas, del costado que teje el deseo de alcanzarnos detrás del horizonte. La palabra es la única frontera que cruzamos. Me cuenta que el destino esta vez la halló en Madrid. Que le dieron trabajo en una panadería, que entre harinas y madrugadas, sueña con un amor abandonado en Valencia. Que todas las mañanas, sobre la esquina opuesta, un enfermero espera sobre la diagonal un auto que la lleva al sanatorio. Detrás de la vidriera ella le hace señas anticipando el vehículo. El sonríe ante el aviso y alza la mano en un gesto de cómplice agradecimiento.
Hoy me cuenta que trabaja de jardinera en Barcelona, que entre flores y meditares sueña con un amor abandonado en Lima.

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Diccionario del diablo

1. LOCO: Afectado por algún grado de independencia intelectual; disconforme con las normas convencionales que rigen el pensamiento, el lenguaje y la acción, normas éstas que los "cuerdos" o "conformes" produjeron tomándose como medida a sí mismos. Que discrepa con la mayoría; en resumen, extraordinario.
2. OPTIMISMO: Doctrina o creencia que sostiene que todo es hermoso, incluyendo lo que es feo, que todo es bueno, especialmente lo malo, y que es correcto lo que no lo es. Es defendida con gran tenacidad por aquellos más que acostumbrados a vivir en la adversidad, y que encuentran muy aceptable exponerla con una mueca que simula una sonrisa. Al ser una fe ciega, es inmune a la luz de la refutación. Dada su naturaleza intelectual, no existe otra cura que la muerte. Es hereditaria, pero afortunadamente no contagiosa.
3. PATRIOTISMO: Basura combustible adherida a la antorcha de cualquiera que quiera iluminar su propio nombre. En el famoso diccionario del Dr. Who, el patriotismo es definido como el último recurso de un pusilánime. Con el debido respeto a un lexicógrafo tan iluminado, aunque inferior, me atrevo a afirmar que es el primero.
4. PRESENTE: Parte de la eternidad que divide los dominios de la decepción de los del reino de la esperanza.

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Puesto que no existe ninguna certidumbre intercultural, y nuestras guías en la epistemología son las arenas movedizas de las imágenes cognitivas socialmente determinadas, debemos ser realistas dentro del marco conceptual que hallamos escogido con respeto y conocimiento a los marcos culturales. Podemos pensar simultáneamente en dos niveles diferentes y estar sinceramente convencidos de dos tipos de verdad sin reducirlos al mismo nivel (comentario: complementariedad) . Todo lo que nos parece interesante, bello, científico, verdadero, esta determinado por nuestras imágenes de conocimiento que se encuentran condicionadas de manera muy específica dentro de los contextos socio-temporales dados. Hasta aquí vale el relativismo. Sin embargo en un contexto dado no podemos negar la realidad, puesto que vivimos en él, podemos encontrarnos comprometidos a creer en el realidad del mundo. La realidad no es parte del espíritu humano, el espiritu humano es una pequeña parte de la realidad.

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"...nosotros tenemos esa ceguera que nos hace creer que la mente y la experiencia son cosas que están todas metidas en el cráneo de cada uno, y esa creencia es lo que ha llevado al individualismo, que es tradicional en occidente. Pero esa idea se está cayendo a pedazos. Rimbaud, ya lo intuyó cuando afirmó "yo es otro". Yo digo como científico: mi mente es la otra mente".

I got my mojo working... titulo de una cancion de Paul Butterfield Blues Band.

Bill Wolverton, ingeniero ambiental de la NASA estudió a comienzos de los setenta el problema de mantener limpio y saludable el aire en los vehículos espaciales. Comenzó estudiando las plantas domésticas y resultaron mucho mejores de lo que había esperado. A partir de niveles "peligrosos" de varios compuestos orgánicos volátiles, Wolverton encontró que algunas plantas reducen la contaminación a niveles no detectables en 24 horas. Dos de las más eficaces fueron los cleomes y los filodendros (philodendron, género con más de 250 especies de la familia de las aráceas ornamentales), que también se encuentran entre las plantas domésticas que son más fáciles de cuidar: toleran casi cualquier condición de iluminación, basta regarlas 1 ó 2 veces por semana, son resistentes a las plagas y no tienen flores que provoque alergias. Además, se plantan con facilidad: los filodendros de esquejes y los cleomes de los numerosos estolones que echan. Estas plantas pueden ayudar también a limpiar la contaminación del aire en el interior de las viviendas. Se ha demostrado que en muchas ocasiones el aire de los interiores está contaminado porque diversos materiales emiten compuestos orgánicos volátiles (alfombras, tapicerías, plásticos, fibras artificiales...), además de la contaminación química de limpiadores, insecticidas, pegamentos, pinturas y barnices...

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El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi en su libro "Fluir (Flow): Una Psicología de la Felicidad" ("Flow: The Psychology of Optimal Experience", 1990) hace un estudio serio y riguroso sobre la forma de conseguir la felicidad en la vida, a través del disfrute de nuestras actividades cotidianas. Su idea básica consiste en que en cada actividad cotidiana podemos intentar mejorarla, por una parte, y por otra, intentar sacar el máximo partido de ella. Para ello es importante utilizar nuestra concentración. Así, llega a la conclusión de que "la felicidad no es algo que sucede. No es el resultado de la buena suerte o del azar. No es algo que pueda comprarse con dinero o con poder. No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos". Es la idea expresada también muchos siglos antes por el filósofo estoico y emperador romano Marco Aurelio (121-180): "Si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo".

A través de sus múltiples estudios y encuestas, Csikszentmihalyi descubrió que, en general, "cuando la gente realizaba actividades de ocio que resultaban caras desde el punto de vista de los recursos requeridos para ello -actividades que exigían un equipo caro, electricidad u otras formas de energía medidas en oro, tales como la potencia de una embarcación, conducir o ver la televisión- eran significativamente menos felices que cuando realizaban actividades de ocio barato. Eran más felices cuando simplemente hablaban con otros, cuando se dedicaban a cultivar la tierra, a tejer, o andaban ocupados por una afición; todas estas actividades requieren pocos recursos materiales, pero exigen una inversión relativamente alta de energía psíquica. Sin embargo, el ocio que usa muchos recursos externos frecuentemente requiere menos atención y, como consecuencia, generalmente ofrece menos gratificaciones memorables".

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Para producir un kilo de carne se necesitan, como mínimo, 16 kilos de cereales, 20.000 litros de agua y la energía equivalente a 8'3 litros de gasolina. Por tanto, para reducir las emisiones de dióxido de carbono reduce tu consumo de carne. En cambio, un kilogramo de cereal sólo precisa 100 litros de agua, unos pocos gramos de abonos y poca gasolina. Así, es claro que comer carne es un privilegio: En norteamérica se ingieren 132 kilogramos anuales por habitante, en Indostán son 2 y en Chile son 90. La cifra Chilena ya supera en un 30% lo recomendado por la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud). La media mundial estaría en unos 30 kilogramos anuales. Según algunas fuentes, con el 15% de los cereales empleados en el engorde de ganado se podría solucionar el hambre crónica del llamado Tercer Mundo.
El abuso de la ganadería ha sido también denunciado en multitud de ocasiones. Jeremy Rifkin expuso los peligros de un crecimiento desmedido de la ganadería pues esto suele suponer la pérdida de zonas boscosas, además de un aumento espectacular de las emisiones de metano (otro gas de efecto invernadero) que emiten todos los animales (monogástricos y más aún poligástricos). En el caso de los bovinos la cifra aumenta si la alimentación es a base de piensos artificiales.

Puntualicemos que los animales son muy malos transformadores de proteínas vegetales a proteínas animales: para los bovinos es sólo de un 6 a un 8%. Cada kilo de carne de vaca exige una energía aproximada equivalente a 10 litros de petróleo, y es equivalente al alimento de 16 kilos de vegetales. Comer mucha carne es negativo para la salud pero es también una enorme contribución al efecto invernadero. Dicho de otra forma, los vegetales necesarios para que una persona coma carne vacuna son suficientes para que 16 personas pudieran mantenerse comiendo directamente esos vegetales. Esa relación de 16:1 para la carne vacuna, varía en otros alimentos, como el cerdo (6:1), el pavo (4:1), la gallina (3:1) o los huevos (3:1). Así, puede concluirse que comer carne de ave es menos contaminante que otros tipos de carnes y, no es casualidad que esa carne sea más saludable (al tener menos grasa, por ejemplo). Exigir para la ganadería unas condiciones de vida dignas y una alimentación saludable es, en las condiciones actuales, pedir demasiado...

En la necesidad de reducir el consumo de carne en los países ricos también están de acuerdo multitud de científicos, como por ejemplo Paul R. Ehrlich y Anne H. Ehrlich, en su libro "La explosión demográfica: El principal problema ecológico" (1993) y Harvey Diamond, que en su libro "Salud y Ecología" ("Your Heart, Your Planet", 1990), donde dice que "por cada hectárea de tierra dedicada al consumo humano, se dedican 20 a la alimentación del ganado".

Por si todo lo anterior no fuera importante, a eso hay que añadir que grandes zonas de la selva amazónica han sido destruidas para albergar pastizales con los que alimentar vacas cuya carne se vende, en forma de hamburguesas en los países desarrollados (la llamada comida rápida, comida basura). Y mientras, la población de los países donde se cría ese vacuno no tiene acceso a esas proteínas. El ecologista brasileño Chicho Méndez (1944-1988) fue asesinado un 22 de Diciembre por defender la selva amazónica contra los ganaderos. Las palabras que nos dejó, bien merecen una reflexión: "Al principio creí que luchaba para salvar los árboles del caucho; luego creí que luchaba por salvar la selva amazónica; ahora me he dado cuenta de que estoy luchando por la Humanidad".

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La bomba atómica de Hiroshima, llamada "Little Boy", fue arrojada por un bombardero llamado "Enola Gay" el 6 de Agosto de 1945. Esta bomba produjo la muerte instantánea de 45.000 personas y la destrucción total de 6.5 Km. cuadrados de la ciudad. En los 4 meses siguientes murieron 19.000 personas más. La estimación final es de más de 200.000 víctimas inocentes. Todos los embarazos en un radio de más 3.2 km. no finalizaron con éxito. Se incrementó escandalosamente el número de casos de leucemia y otros cánceres. Tres días después de esta bomba se arrojó otra sobre Nagasaki.

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La isla James Ross, en la antartida, fue circunnavegada por primera vez por el barco Artic Sunrise de la organización ecologista GreenPeace. Anteriormente fue imposible hacerlo debido a que la isla había estado unida al continente por un enorme banco de hielo. Esto es una prueba más del cambio climático que estamos sufriendo. Uno de los efectos de este cambio climático es la desaparición del hielo en los polos y el consiguiente aumento del nivel de mares y océanos. Se estima que el nivel del mar ha subido a razón de 1 a 2 mm/año durante los últimos 100 años y se estima que aumente a 3 ó 10 mm/año si no se toman medidas al respecto (reducción de las emisiones de CO2...).

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La presencia de hidrocarburos (gasolina, petróleo...) en el mar es muy perjudicial para las especies marinas. Muchos animales mueren por envenenamiento y otros transportan el veneno hasta otros animales, incluidos los humanos. Además, reducen la entrada de la luz solar en el agua lo que implica que las plantas (algas, fanerógamas...) y el fitoplancton no pueden desarrollarse completamente (por no poder hacer bien la fotosíntesis). Estas plantas no sólo son cobijo y alimento de multitud de especies, sino que además contribuyen al aporte de oxígeno al ecosistema marino. Sólo el 12% de los hidrocarburos presentes en el mar son culpa de las mareas negras provocadas por espectaculares accidentes de petroleros. El resto procede de la limpieza rutinaria de los tanques de los grandes petroleros y otros barcos y de los vertidos de refinerías e industrias. Como prueba, basta mirar el agua de cualquier puerto marítimo para ver que está cubierta de una capa de hidrocarburos que reflejan la luz imitando los colores del arco iris.

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Hasta el siglo XV, la población mundial no superaba los 500 millones de habitantes aproximadamente. En el año 1830 se alcanzaron los 1.000 millones de personas y 100 años después, en 1930, ya se había duplicado la población, alcanzando los 2000 millones. Para duplicarse otra vez y llegar a los 4000 millones sólo hicieron falta 45 años (en 1975). En la actualidad (año 2000) se superan los 6.000 millones y se está aún creciendo rápidamente, aunque algunos países están en una fase de crecimiento nulo. Se estima que en el año 2009 se llegará a los 7000 millones de habitantes y en el 2033 a los 9000 millones. Muchos científicos afirman que el actual ritmo de crecimiento no es sostenible, pues en pocos años no habría comida para todos (ni plantando en los desiertos).
Según el astrónomo Carl Sagan (1934-1996) en su libro "Miles de millones" (1997), existe una correlación entre pobreza y tasas de natalidad elevadas: "el crecimiento demográfico exponencial se reduce o se detiene en casi todos los casos cuando desaparece la pobreza extrema. (...) Por esta razón, el contribuir a que otros países consigan hacerse autosuficientes no es sólo un acto elemental de decencia humana, sino que también redunda en beneficio de las naciones más ricas". Cuando desaparece la pobreza extrema suele llegar la liberación de la mujer, un factor muy influyente en la natalidad.

Por otra parte, cuando se alcanza un alto nivel de vida, el ser humano tiende a contaminar los ríos, los mares, las tierras y hasta la atmósfera. Aún no ha aprendido a vivir de forma coherente con la Naturaleza y mientras no aprendamos, una población grande implica grandes desastres medioambientales y esto implica menor calidad y cantidad de alimentos y menor calidad de vida a medio o largo plazo. El ritmo de vida de los países ricos no puede ser llevado por todos los habitantes del planeta, pues llegaríamos al colapso total y a la destrucción de nuestra propia especie.

En el mismo libro citado anteriormente, Carl Sagan, expone algunos de los peligros del calentamiento global y del vertido de tantos "humos" a la atmósfera: "la vida depende de un equilibrio delicado de gases invisibles que son componentes menores de la atmósfera terrestre. Un poco de efecto invernadero es bueno. Ahora bien, si añadimos más gases de éstos, cómo hemos estado haciendo desde el inicio de la Revolución Industrial, absorberán más radiación infrarroja. Estamos haciendo más gruesa la manta, y con ello calentando más la Tierra". También añade que: "Nuestro planeta es indivisible. En Norteamérica respiramos el oxígeno generado en las selvas ecuatoriales brasileñas. La lluvia ácida emanada de las industrias contaminantes del Medio Oeste de Estados Unidos destruye los bosques canadienses. La radiactividad de un accidente nuclear en Ucrania pone en peligro la economía y la cultura de Laponia. El carbón quemado en China eleva la temperatura en Argentina. Los clorofluorocarbonos que despide un acondicionador de aire en Terranova contribuyen al desarrollo del cáncer de piel en Nueva Zelanda. Las enfermedades se propagan rápidamente a los más remotos rincones del planeta, y su erradicación requiere un esfuerzo médico global. (...) Probablemente sea un exceso de optimismo confiar en que algún gran Defensor del Ecosistema vaya a intervenir desde el cielo para enderezar nuestros abusos ambientales. Es a nosotros a quienes corresponde hacerlo. (...) Hemos destruido los bosques, erosionado la superficie del planeta, alterado la composición de la atmósfera, debilitado la capa protectora de ozono, trastornado el clima, emponzoñado el aire y las aguas y conseguido que los más depauperados padecieran más que nadie la degradación ambiental. Nos hemos convertido en predadores de la biosfera, poseídos de arrogancia, siempre dispuestos a conseguir todo sin dar nada a cambio. Ahora mismo somos un peligro para nosotros mismos y para los seres con los que compartimos el planeta. La agresión al entorno global no es responsabilidad exclusiva de empresarios empujados por el afán de lucro y de políticos miopes y corruptos. Todos tenemos parte de culpa." Y llega a la siguiente conclusión: "Creo que tenemos el deber de luchar por la vida en la Tierra y no sólo en nuestro beneficio, sino en el de todos aquellos, humanos o no, que llegaron antes que nosotros y ante quienes estamos obligados, así como en el de quienes, si somos lo bastante sensatos, llegarán después. No hay causa más apremiante, ni afán más justo, que proteger el futuro de nuestra especie".

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Los principios básicos de la sostenibilidad de los seres vivos indican unas propiedades necesarias para que un ecosistema pueda mantenerse indefinidamente. Estos principios los cumplen los ecosistemas naturales y no son satisfechos por la mayoría de los ecosistemas artificiales en donde el hombre vive o donde el hombre ha intervenido demasiado. Estos principios son enunciados en el libro "Ciencias Ambientales, Ecología y Desarrollo Sostenible" de B.J. Nebel y R.T. Wrigth, y podemos resumirlos a continuación, los cuales ya han sido, en gran parte, demostrados en los apartados anteriores:

1. Los ecosistemas reciclan todos sus elementos de modo que se libran de los desechos y reponen los nutrientes, formando parte de un ciclo coherente. Muchas veces el hombre establece el flujo (de nutrientes, materiales...) sólo en un sentido provocando problemas de agotamiento en unos lugares y de contaminación en otros.
2. Los ecosistemas aprovechan la energía solar como fuente de energía. En cambio el hombre utiliza otras fuentes de energía contaminantes (nuclear, petróleo...), incluso para la producción de alimentos (basados en la energía solar), para actividades como preparación de los campos, fertilización, control de plagas, cosechado, procesado, conservación, transporte...
3. El tamaño de las poblaciones de consumidores debe permitir la regeneración de los alimentos consumidos (que no haya pastoreo excesivo). Como se vió anteriormente sólo una pequeña parte de los alimentos pueden pasar al nivel trófico superior, por lo que en cada nivel trófico debe haber menos individuos para garantizar la sostenibilidad (debe haber menos leones que gacelas). Sin embargo, especialmente en los últimos años el hombre está provocando un desequilibrio global, debido a un crecimiento desmedido de la población humana que provoca una ingente pérdida de biodiversidad, deforestación, pesca y ganadería excesiva... en definitiva un consumo excesivo de todo en general. En particular, el consumo excesivo de carne se hace insostenible al ser tantos humanos generando ese consumo. En Estados Unidos, la mitad de las hectáreas cultivadas son para producir alimento para animales. Para producir un kilo de carne de vaca se necesitan 16 kilos de granos y forraje. Dicho de otra forma, los vegetales necesarios para que una persona coma carne vacuna son suficientes para que 16 personas pudieran mantenerse comiendo directamente esos vegetales. Esa relación de 16:1 para la carne vacuna, varía en otros alimentos, como el cerdo (6:1), el pavo (4:1), la gallina (3:1) o los huevos (3:1).
4. La biodiversidad debe mantenerse. Cada ser vivo tiene un código genético (ADN) único (excepto gemelos y clones) que garantiza la variedad y la riqueza de adaptación en caso de cambiar o alterarse las condiciones de vida. Conforme se reduce una población concreta, se reducen también las posibilidades de adaptación en el futuro. Incluso, si una especie es rescatada del borde de la extinción y su número se restablece, tendrá una uniformidad genética que será muy vulnerable (ante una enfermedad, por ejemplo). La agricultura moderna, también impone monocultivos que son muy vulnerables ante plagas y enfermedades, por lo que se abusa de pesticidas contaminantes. Las variedades transgénicas (OMG, Organismos Manipulados Genéticamente) agravan ese problema aparte de generar otros en algunos casos (alergias, daños a otras especies...) y la dificultad de asegurar su validez. Gran parte de los medicamentos proceden de plantas silvestres y aún quedan por explorar el 98% de la flora. A pesar de todo esto, la biodiversidad está perdiendo diariamente multitud de especies animales y vegetales.

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Epicuro, escribió el que considero uno de los mejores aforismos de la historia, a la vez que uno de los menos actuales: «Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco». Y, además, insistió en que detenerse cuando se alcanza lo suficiente es una de las condiciones básicas para poder disfrutar de la vida. Sin duda porque cuando lo consigues ganas una gran cantidad de tiempo, para la libertad y para el ocio creativo. Cierto es que actualmente no podemos estar más lejos de la sencillez y la austeridad epicúreas como fuentes de placer. Alguien nos tiene muy convencidos de que sólo con más, y por encima de los demás, alcanzaremos deleites. Ante todo porque éstos han quedado demasiado relacionados con las diversas formas del poder. Comprar no lo necesario, sino sobre todo lo superfluo como manifestación de poder."

"Aquello de «más alto, más fuerte, más rápido», que no estaba nada mal como retos físicos personales, es hoy, en realidad, más dinero, más fama y más poder."

"A la velocidad de consumo actual, el colapso está literalmente garantizado antes de medio siglo (...) La generación viva de los 20 países «desarrollados», ha consumido más energía, materias, naturaleza en suma, que las 460 precedentes y actuales en el resto del planeta. Es decir: más que todos los otros miembros de nuestra especie desde que ésta existe. La primera reconquista de un Tiempo creativo sería la de dejar de valorar el trabajo en relación a las horas invertidas en él. (...) Estaríamos ya en el buen camino de al menos desterrar el extendido insulto social de ese «no tengo tiempo para nada» que los atareados han convertido en impúdico exhibicionismo de su propia esclavitud."

"Más aún que al espacio, roído hasta su médula, lo que nuestra civilización ha conseguido menoscabar es al tiempo. Sobre todo a las cadencias y ritmos que los ciclos vitales exigen para su propia continuidad y la nuestra. (...) La velocidad en el transporte y en la comunicación se saldan con la depreciación, no sólo económica de los paisajes y sus contenidos, sino sobre todo de su sentido. (...) Se llega así a la actual ESPIRITUALIZACION DEL DINERO y por su omnipresencia y poder, a una adoración universal como jamás soñaron los profetas para sus dioses."

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"TREES"

Hemos olvidado que nuestra única meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestras verdadera meta si vivimos... Los días son frutos y nuestro papel es comerlos.
Jean Giono

Este es un pequeño relato de Jean Giono que nos descubre la generosidad de un hombre con su entorno. La sabiduría del saber esperar, la observación del entorno, la humildad, son valores poco habituales en nuestra época que necesitamos recuperar:

Hace cuarenta años hice un largo viaje a pie a través de montañas completamente desconocidas por los turistas, atravesando la antigua región donde los Alpes franceses penetran en la Provenza. Cuando empecé mi viaje por aquel lugar todo era estéril y sin color, y la única cosa que crecía era la planta conocida como lavanda silvestre.
Cuando me aproximaba al punto más elevado de mi viaje, y tras caminar durante tres días, me encontré en medio de una desolación absoluta y acampé cerca de los vestigios de un pueblo abandonado. Me había quedado sin agua el día anterior, y por lo tanto necesitaba encontrar algo de ella.
Aquel grupo de casas, aunque arruinadas como un viejo nido de avispas, sugerían que una vez hubo allí un pozo o una fuente. La había, desde luego, pero estaba seca. Las cinco o seis casas sin tejados, comidas por el viento y la lluvia, la pequeña capilla con su campanario desmoronándose, estaban allí, aparentemente como en un pueblo con vida, pero ésta había desaparecido.
Era un día de junio precioso, brillante y soleado, pero sobre aquella tierra desguarnecida el viento soplaba, alto en el cielo, con una ferocidad insoportable. Gruñía sobre los cadáveres de las casas como un león interrumpido en su comida... Tenía que cambiar mi campamento.
Tras cinco horas de andar, todavía no había hallado agua y no existía señal alguna que me diera esperanzas de encontrarla. En todo el derredor reinaban la misma sequedad, las mismas hierbas toscas. Me pareció vislumbrar en la distancia una pequeña silueta negra vertical, que parecía el tronco de un árbol solitario. De todas formas me dirigí hacia él. Era un pastor. Treinta ovejas estaban sentadas cerca de él sobre la ardiente tierra.
Me dio un sorbo de su calabaza-cantimplora, y poco después me llevó a su cabaña en un pliegue del llano. Conseguía el agua -agua excelente- de un pozo natural y profundo encima del cual había construido un primitivo torno.
El hombre hablaba poco, como es costumbre de aquellos que viven solos, pero sentí que estaba seguro de sí mismo, y confiado en su seguridad. Para mí esto era sorprendente en ese país estéril. No vivía en una cabaña, sino en una casita hecha de piedra, evidenciadora del trabajo que él le había dedicado para rehacer la ruina que debió encontrar cuando llegó. El tejado era fuerte y sólido. Y el viento, al soplar sobre él, recordaba el sonido de las olas del mar rompiendo en la playa.
La casa estaba ordenada, los platos lavados, el suelo barrido, su rifle engrasado, su sopa hirviendo en el fuego. Noté que estaba bien afeitado, que todos sus botones estaban bien cosidos y que su ropa había sido remendada con el meticuloso esmero que oculta los remiendos. Compartimos la sopa, y después, cuando le ofrecí mi petaca de tabaco, me dijo que no fumaba. Su perro, tan silencioso como él, era amigable sin ser servil.
Desde el principio se daba por supuesto que yo pasaría la noche allí. El pueblo más cercano estaba a un día y medio de distancia. Además, ya conocía perfectamente el tipo de pueblo de aquella región... Había cuatro o cinco más de ellos bien esparcidos por las faldas de las montañas, entre agrupaciones de robles albares, al final de carreteras polvorientas. Estaban habitadas por carboneros, cuya convivencia no era muy buena. Las familias, que vivían juntas y apretujadas en un clima excesivamente severo, tanto en invierno como en verano, no encontraban solución al incesante conflicto de personalidades.
La ambición territorial llegaba a unas proporciones desmesuradas, en el deseo continuo de escapar del ambiente.
Los hombres vendían sus carretillas de carbón en el pueblo más importante de la zona y regresaban. Las personalidades más recias se limaban entre la rutina cotidiana. Las mujeres, por su parte, alimentaban sus rencores. Existía rivalidad en todo, desde el precio del carbón al banco de la iglesia. Y encima de todo estaba el viento, también incesante, que crispaba los nervios. Había epidemias de suicidio y casos frecuentes de locura, a menudo homicida.
Había transcurrido una parte de la velada cuando el pastor fue a buscar un saquito del que vertió una montañita de bellotas sobre la mesa. Empezó a mirarlas una por una, con gran concentración, separando las buenas de las malas. Yo fumaba en mi pipa. Me ofrecí para ayudarle. Pero me dijo que era su trabajo. Y de hecho, viendo el cuidado que le dedicaba, no insistí. Esa fue toda nuestra conversación. Cuando ya hubo separado una cantidad suficiente de bellotas buenas, las separó de diez en diez, mientras iba quitando las más pequeñas o las que tenían grietas, pues ahora las examinaba más detenidamente. Cuando hubo seleccionado cien bellotas perfectas, descansó y se fue a dormir.
Se sentía una gran paz estando con ese hombre, y al día siguiente le pregunté si podía quedarme allí otro día más. Él lo encontró natural, o para ser más preciso, me dio la impresión de que no había nada que pudiera alterarle. Yo no quería quedarme para descansar, sino porque me interesó ese hombre y quería conocerle mejor. Él abrió el redil y llevó su rebaño a pastar. Antes de partir, sumergió su saco de bellotas en un cubo de agua.
Me di cuenta de que en lugar de cayado, se llevó una varilla de hierro tan gruesa como mi pulgar y de metro y medio de largo. Andando relajadamente, seguí un camino paralelo al suyo sin que me viera. Su rebaño se quedó en un valle. Él lo dejó a cargo del perro, y vino hacia donde yo me encontraba. Tuve miedo de que me quisiera censurarme por mi indiscreción, pero no se trataba de eso en absoluto: iba en esa dirección y me invitó a ir con él si no tenía nada mejor que hacer. Subimos a la cresta de la montaña, a unos cien metros.
Allí empezó a clavar su varilla de hierro en la tierra, haciendo un agujero en el que introducía una bellota para cubrir después el agujero. Estaba plantando un roble. Le pregunté si esa tierra le pertenecía, pero me dijo que no. ¿Sabía de quién era?. No tampoco. Suponía que era propiedad de la comunidad, o tal vez pertenecía a gente desconocida. No le importaba en absoluto saber de quién era. Plantó las bellotas con el máximo esmero. Después de la comida del mediodía reemprendió su siembra. Deduzco que fui bastante insistente en mis preguntas, pues accedió a responderme.
Había estado plantado cien árboles al día durante tres años en aquel desierto. Había plantado unos cien mil. De aquellos, sólo veinte mil habían brotado.
De éstos esperaba perder la mitad por culpa de los roedores o por los designios imprevisibles de la Providencia. Al final quedarían diez mil robles para crecer donde antes no había crecido nada.
Entonces fue cuando empecé a calcular la edad que podría tener ese hombre. Era evidentemente mayor de cincuenta años. Cincuenta y cinco me dijo. Su nombre era Elzeard Bouffier. Había tenido en otro tiempo una granja en el llano, donde tenía organizada su vida. Perdió su único hijo, y luego a su mujer. Se había retirado en soledad, y su ilusión era vivir tranquilamente con sus ovejas y su perro. Opinaba que la tierra estaba muriendo por falta de árboles. Y añadió que como no tenía ninguna obligación importante, había decidido remediar esta situación.
Como en esa época, a pesar de mi juventud, yo llevaba una vida solitaria, sabía entender también a los espíritus solitarios. Pero precisamente mi juventud me empujaba a considerar el futuro en relación a mí mismo y a cierta búsqueda de la felicidad. Le dije que en treinta años sus robles serían magníficos. Él me respondió sencillamente que, si Dios le conservaba la vida, en treinta años plantaría tantos más, y que los diez mil de ahora no serían más que una gotita de agua en el mar.
Además, ahora estaba estudiando la reproducción de las hayas y tenía un semillero con hayucos creciendo cerca de su casita. Las plantitas, que protegía de las ovejas con una valla, eran preciosas. También estaba considerando plantar abedules en los valles donde había algo de humedad cerca de la superficie de la tierra.
Al día siguiente nos separamos.
Un año más tarde empezó la Primera Guerra Mundial, en la que yo estuve enrolado durante los siguientes cinco años. Un "soldado de infantería" apenas tenía tiempo de pensar en árboles, y a decir verdad, la cosa en sí hizo poca impresión en mí. La había considerado como una afición, algo parecido a una colección de sellos, y la olvidé.
Al terminar la guerra sólo tenía dos cosas: una pequeña indemnización por la desmovilización, y un gran deseo de respirar aire freco durante un tiempo. Y me parece que únicamente con este motivo tomé de nuevo la carretera hacia la "tierra estéril".
El paisaje no había cambiado. Sin embargo, más allá del pueblo abandonado, vislumbré en la distancia un cierto tipo de niebla gris que cubría las cumbres de las montañas como una alfombra. El día anterior había empezado de pronto a recordar al pastor que plantaba árboles. "Diez mil robles -pensaba- ocupan realmente bastante espacio". Como había visto morir a tantos hombres durante aquellos cinco años, no esperaba hallar a Elzeard Bouffier con vida, especialmente porque a los veinte años uno considera a los hombres de más de cincuenta como personas viejas preparándose para morir... Pero no estaba muerto, sino más bien todo lo contrario: se le veía extremadamente ágil y despejado: había cambiado sus ocupaciones y ahora tenía solamente cuatro ovejas, pero en cambio cien colmenas. Se deshizo de las ovejas porque amenazaban los árboles jóvenes.
Me dijo -y vi por mí mismo- que la guerra no le había molestado en absoluto. Había continuado plantando árboles imperturbablemente. Los robles de 1.910 tenían entonces diez años y eran más altos que cualquiera de nosotros dos. Ofrecían un espectáculo impresionante. Me quedé con la boca abierta, y como él tampoco hablaba, pasamos el día en entero silencio por su bosque. Las tres secciones medían once kilómetros de largo y tres de ancho. Al recordar que todo esto había brotado de las manos y del alma de un hombre solo, sin recursos técnicos, uno se daba cuenta de que los humanos pueden ser también efectivos en términos opuestos a los de la destrucción...
Había perseverado en su plan, y hayas más altas que mis hombros, extendidas hasta el límite de la vista, lo confirmaban. Me enseñó bellos parajes con abedules sembrados hacía cinco años (es decir, en 1.915), cuando yo estaba luchando en Verdún. Los había plantado en todos los valles en los que había intuido -acertadamente- que existía humedad casi en la superficie de la tierra. Eran delicados como chicas jóvenes, y estaban además muy bien establecidos. Parecía también que la naturaleza había efectuado por su cuenta una serie de cambios y reacciones, aunque él no las buscaba, pues tan sólo proseguía con determinación y simplicidad en su trabajo.
Cuando volvimos al pueblo, vi agua corriendo en los riachuelos que habían permanecido secos en la memoria de todos los hombres de aquella zona. Este fue el resultado más impresionante de toda la serie de reacciones: los arroyos secos hacía mucho tiempo corrían ahora con un caudal de agua fresca. Algunos de los pueblos lúgubres que menciono anteriormente se edificaron en sitios donde los romanos habían construido sus poblados, cuyos trazos aún permanecían. Y arqueólogos que habían explorado la zona habían encontrado anzuelos donde en el siglo XX se necesitaban cisternas para asegurar un mínimo abastecimiento de agua.
El viento también ayudó a esparcir semillas. Y al mismo tiempo que apareció el agua, también lo hicieron sauces, juncos, prados, jardines, flores y una cierta razón de existir. Pero la transformación se había desarrollado tan gradualmente que pudo ser asumida sin causar asombro. Cazadores adentrándose en la espesura en busca de liebres o jabalíes, notaron evidentemente el crecimiento repentino de pequeños árboles, pero lo atribuían a un capricho de la naturaleza. Por eso nadie se entrometió con el trabajo de Elzeard Bouffier. Si él hubiera sido detectado, habría tenido oposición. Pero era indetectable. Ningún habitante de los pueblos, ni nadie de la administración de la provincia, habría imaginado una generosidad tan magnífica y perseverante.
Para tener una idea más precisa de este excepcional carácter no hay que olvidar que Elzeald trabajó en una soledad total, tan total que hacía el final de su vida perdió el hábito de hablar, quizá porque no vio la necesidad de éste.
En 1.933 recibió la visita de un guardabosques que le notificó una orden prohibiendo encender fuego, por miedo a poner en peligro el crecimiento de este bosque natural. Esta era la primera vez -le dijo el hombre- que había visto crecer un bosque espontáneamente. En ese momento, Bouffier pensaba plantar hayas en un lugar a 12 km. de su casa, y para evitar las ideas y venidas (pues contaba entonces 75 años de edad), planeó construir una cabaña de piedra en la plantación. Y así lo hizo al año siguiente.
En 1.935 una delegación del gobierno se desplazó para examinar el "bosque natural". La componían un alto cargo del Servicio de Bosques, un diputado y varios técnicos. Se estableció un largo diálogo completamente inútil, decidiéndose finalmente que algo se debía hacer... y afortunadamente no se hizo nada, salvo una única cosa que resultó útil: todo el bosque se puso bajo la protección estatal, y la obtención del carbón a partir de los árboles quedó prohibida. De hecho era imposible no dejarse cautivar por la belleza de aquellos jóvenes árboles llenos de energía, que a buen seguro hechizaron al diputado.
Un amigo mío se encontraba entre los guardabosques de esa delegación y le expliqué el misterio. Un día de la semana siguiente fuimos a ver a Elzeard Bouffier. Lo encontramos trabajando duro, a unos diez kilómetros de donde había tenido lugar la inspección.
El guardabosques sabía valorar las cosas, pues sabía cómo mantenerse en silencio. Yo le entregué a Elzeard los huevos que traía de regalo. Compartimos la comida entre los tres y después pasamos varias horas en contemplación silenciosa del paisaje...
En la misma dirección en la que habíamos venido, las laderas estaban cubiertas de árboles de seis a siete metros de altura. Al verlos recordaba aún el aspecto de la tierra en 1.913, un desierto... y ahora, una labor regular y tranquila, el aire de la montaña fresco y vigoroso, equilibrio y, sobre todo, la serenidad de espíritu, habían otorgado a este hombre anciano una salud maravillosa. Me pregunté cuántas hectáreas más de tierra iba a cubrir con árboles.
Antes de marcharse, mi amigo hizo una sugerencia breve sobre ciertas especies de árboles para los que el suelo de la zona estaba especialmente preparado. No fue muy insistente; "por la buena razón -me dijo más tarde- de que Bouffier sabe de ello más que yo". Pero, tras andar un rato y darle vueltas en su mente, añadió: "¡y sabe mucho más que cualquier persona, pues ha descubierto una forma maravillosa de ser feliz!".
Fue gracias a ese hombre que no sólo la zona, sino también la felicidad de Bouffier fue protegida. Delegó tres guardabosques para el trabajo de proteger la foresta, y les conminó a resistir y rehusar las botellas de vino, el soborno de los carboneros.
El único peligro serio ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Como los coches funcionaban con gasógeno, mediante generadores que quemaban madera, nunca había leña suficiente. La tala de robles empezó en 1.940, pero la zona estaba tan lejos de cualquier estación de tren que no hubo peligro. El pastor no se enteraba de nada. Estaba a treinta kilómetros, plantando tranquilamente, ajeno a la guerra de 1.939 como había ignorado la de 1.914.
Vi a Elzeard Bouffier por última vez en junio de 1.945. Tenía entonces ochenta y siete años. Volví a recorrer el camino de la "tierra estéril"; pero ahora en lugar del desorden que la guerra había causado en el país, un autobús regular unía el valle del Durance y la montaña. No reconocí la zona, y lo atribuí a la relativa rapidez del autobús... Hasta que vi el nombre del pueblo no me convencí de que me hallaba realmente en aquella región, donde antes sólo había ruinas y soledad.
El autobús me dejó en Vergons. En 1.913 este pueblecito de diez o doce casas tenía tres habitantes, criaturas algo atrasadas que casi se odiaban una a otra, subsistiendo de atrapar animales con trampas, próximas a las condiciones del hombre primitivo. Todos los alrededores estaban llenos de ortigas que serpenteaban por los restos de las casas abandonadas. Su condición era desesperanzadora, y una situación así raramente predispone a la virtud.
Todo había cambiado, incluso el aire. En vez de los vientos secos y ásperos que solían soplar, ahora corría una brisa suave y perfumada. Un sonido como de agua venía de la montaña. Era el viento en el bosque; pero más asombro era escuchar el auténtico sonido del agua moviéndose en los arroyos y remansos. Vi que se había construido una fuente que manaba con alegre murmullo, y lo que me sorprendió más fue que alguien había plantado un tilo a su lado, un tilo que debería tener cuatro años, ya en plena floración, como símbolo irrebatible de renacimiento. Además, Vergons era el resultado de ese tipo de trabajo que necesita esperanza, la esperanza que había vuelto. Las ruinas y las murallas ya no estaban, y cinco casas habían sido restauradas.
Ahora había veinticinco habitantes. Cuatro de ellos eran jóvenes parejas. Las nuevas casas, recién encaladas, estaban rodeadas por jardines donde crecían vegetales y flores en una ordenada confusión. Repollos y rosas, puerros y margaritas, apios y anémonas hacían al pueblo ideal para vivir.
Desde ese sitio seguí a pie. La guerra, al terminar, no había permitido el florecimiento completo de la vida, pero el espíritu de Elzeard permanecía allí. En las laderas bajas vi pequeños campos de cebada y de arroz; y en el fondo del valle verdeaban los prados.
Sólo fueron necesarios ocho años desde entonces para que todo el paisaje brillara con salud y prosperidad. Donde antes había ruinas, ahora se encontraban granjas; los viejos riachuelos, alimentados por las lluvias y las nieves que el bosque atrae, fluían de nuevo. Sus aguas alimentaban fuentes y desembocan sobre alfombras de menta fresca. Poco a poco, los pueblecitos se habían revitalizado. Gentes de otros lugares donde la tierra era más cara se habían instalado allí, aportando su juventud y su movilidad. Por las calles uno se topaba con hombres y mujeres vivos, chicos y chicas que empezaban a reír y que habían recuperado el gusto por las excursiones. Si contábamos la población anterior, irreconocible ahora que gozaba de cierta comodidad, más de diez mil personas debían en parte su felicidad a Elzeard Bouffier.

Por eso, cuando reflexiono en aquel hombre armado únicamente por sus fuerzas físicas y morales, capaz de hacer surgir del desierto esa tierra de Canaan, me convenzo de que a pesar de todo la humanidad es admirable. Cuando reconstruyo la arrebatadora grandeza de espíritu y la tenacidad y benevolencia necesaria para dar lugar a aquel fruto, me invade un respeto sin límites por aquel hombre anciano y supuestamente analfabeto, un ser que completó una tarea digna de Dios.

(Elzeard Bouffier murió pacíficamente en 1.947 en el hospicio de Banon).

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