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haluros

Pray for warmth and green paper

Fontenau, Francoise. La ética del silencio : Wittgenstein y Lacan. Buenos Aires : Atuel/Anáfora, 2000. 256 p

Candau, Joël. Antropología de la memoria. Buenos Aires : Nueva Visión, 2002. 128 p

Sebbag, Georges. El surrealismo : hay un hombre cortado en dos en la ventana, 1918-1968. Buenos Aires : Nueva Visión, 2003. 128 p

Balmes, Francoise. Lo que Lacan dice del ser (1953-1960). Buenos Aires : Amorrortu, 2002. 240 p.

Pellion, Frédéric. Melancolía y verdad. Buenos Aires : Manantial, 2003. 344 p

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Stay indoors
Beneath the floors
Talk with neighbours only.
The games you play
Make people say
You're either weird or lonely.
A city star
Won't shine too far
On account of the way you are
And the beads
Around your face
Make you sure to fit back in place1

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Una vez leí en algún sitio una técnica de tortura que llevaba a la locura. El aburrimiento. Encerraban a los presos en habitaciones sin nada para distraerse. Ni para suicidarse. Los mantenían con vida en esas habitaciones durante días, meses, años. Los mataban de aburrimiento. Casi literalmente. Con la diferencia de que ellos no morían.
Leí dos libros distintos en los que ocurría algo así. En uno el prisionero tenía algo para distraerse un poco. Tres moscas. Y en algunos momentos conseguía comunicarse un poco con dos presos cercanos dando golpecitos en las puertas. En este caso, el preso trataba de dormir el máximo de tiempo posible. Alguna vez he comprobado hasta que punto es posible pasarse la vida durmiendo. Pasar fácilmente una media de doce horas diarias durmiendo. Además el preso tenía una idea con la que se podía distraer infinitamente. El deseo de venganza. Se pasaba la mayor parte del tiempo imaginando posibles torturas para el culpable de que él estuviera en esa situación. Luego el libro varia y el prisionero encuentra una via de escape en el viaje astral, a otras vidas anteriores. El viajante de las estrellas creo que se llama. De Jack London.
El otro libro que leí se recrea más explicando su aburrimiento. En su caso no tiene moscas ni compañeros con los que comunicares. Como mucho puede tener la comida que le dan. El resto tiene que sacarlo de su cabeza. Recordar poesías aprendidas. Imaginar las historias que sean. En este caso lo que le “salva” de la locura completa es conseguir un libro. Un libro de ajedrez. Llega a crear dos personajes dentro de su cabeza que juegan entre ellos. Se vuelve loco en todo lo relacionado con el ajedrez, pero salva la cordura en el resto de temas.
Cuando lo leí al principio pensé que en esos casos yo sobreviviría bastante tiempo con mi mundo. Más tarde me di cuenta de que con eso no basta. Y en momentos como ahora me doy cuenta de lo terrible de esa tortura.
Me siento un poco como esos presos. Salvando las distancias. Con la diferencia de que en mi caso yo soy mi propio carcelero. Nadie me impide salir al exterior. Solo soy yo. Barreras. Una vez escribí sobre el tema. Intento tomármelo como una nueva posibilidad de vencer mis barreras de una vez por todas. Pero continúo perdiendo. Son demasiado fuertes. Y yo no lucho con todas mis fuerzas. Quizá esa sea la peor barrera.
Es esa sombra negra que me chupa la energía, que me deja débil y sin ganas de nada. Esa sombra. Casi puedo verla. La siento aquí, conmigo siempre. Me dice al oído que en el fondo me gusta. Que soy yo quien no quiere que marche. Me hace sentir culpable y se recrea en su trabajo. Tengo que matarla pero no puedo. Forma parte de mí. Conoce todos mis movimientos. En cuanto pienso algo para evitarla, se me adelanta para inmovilizarme. Es fría y traidora. Me habla de la soledad. Me habla de todos mis miedos. Y yo solo quiero huir de todo esto. Pero no puedo.

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all the friends that you once knew
are left behind they kept you safe
and so secure amongst the books and
all the records of your lifetime

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No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo. Hace un año, hace seis meses, pensaba que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. Ya no hay más libros que escribir, gracias a Dios. Entonces, ¿qué es esto? Esto no es un libro. Es un libelo, una calumnia. El mundo es un cáncer que se devora a sí mismo.
(fragmento de “Tropico de Cancer”)

“Hay que darle un sentido a la vida, por el hecho mismo de que carece de sentido.”
HENRY MILLER.

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